Por Jesús Rodríguez (chucho_rodriguez@yahoo.com)
«Tranquila, mi amor. Dame tu clave que yo te lo reviso»
La espigada e ingenua muchacha le confió la clave del correo electrónico a su novio para que le limpiara su cuenta, dado que ella «no sabía» y ya la tecnología la tenía, según sus propias palabras, histérica. El noble muchacho cortésmente aceptó ayudarla y enseñarle -como buen hombre seguro de sí mismo- la manera en que se hacen las cosas en esta vida. La manera correcta.
Sucede que el Sr. Autoconfianza se sienta frente a su PC, busca la página, coloca el login… busca la contraseña en el papelito rasgado que celosamente guardó en su bolsillo, al lado de su pañuelo sucio y el llavero de pepa e’ zamuro que le regaló su tímida y débil novia. Lee los siete dígitos. Se siente poderoso, fuertemente sentado sobre la vulnerabilidad femenina. Ahora podré ver si recibe mis correos… no, mejor aún, si en algún momento le envío un correo hiriente por alguna pelea, lo puedo borrar cuando me arrepienta. ¡Pero mosca, chamo, rapidito antes de que ella lo revise primero!
La bandeja de entrada se carga frente a sus pupilas y su mente se inunda de curiosidad machista. Su cultura del tercer mundo le induce a registrarle las carpetas hasta encontrar «lo que no se le ha perdido». Su sorpresa iracunda no podía ser mayor al conseguir una carpeta con el nombre de su anterior relación idílica… Luis X.
-¡Coño e’ su madre!… ¿por qué %&?¡¿ hay una carpeta de ese chamo aquí?- Preguntó contrariado. –Se lo voy a revisar… no, mejor no, esa vaina es de locos celosos. Yo no soy un celoso enfermo que le revisa las cosas a su novia… Hoy es el correo, mañana será la cartera y los mensajitos del celular…
El pana se sacudió las clases de Ética para Amador y sin remordimientos le abrió la carpeta. Sólo había un correo reposando en la bandeja, simple e insensible, dispuesto a ser desvirgado por un click fatuo.
El subject del correo: «Lo de anoche fue machetérico…»
-¡¿¿¿Cómo que lo de anoche???… su madre, me está echando la grande!…
«Click»
Fecha: -Anoche mismo… la muy &%?&%¿…conque lo de anoche, eh… vas a ver quién es machetérico %&%?&- Mientras se iba cargando la página el pana iba arrancando los chicles secos que yacían debajo de su silla sudada en el espaldar. Las manos tensas y frías dirigían sus uñas a los pegostes. «Loading», -zorra-, «Listo»… La blanca hoja digital sólo soportaba unas cuantas letras escritas en Arial número 24 que rezaban:
AJÁ… ME REGISTRASTE EL CORREO… ERES UN CELOSO ENFERMO MANIACO… TENEMOS QUE HABLAR DE ESTA RELACIÓN, YA ME TIENES HARTA.
PD. No intentes borrar el mensaje, ya está marcado como «correo leído»
Era verdad, el link del correo siempre reflejará un tenue color lila, símbolo de su desconfianza tercermundista y sus celos retrógrados. ¡Veinte puntos, campeón!